En 1971, España vivía tiempos de cambio. Comenzaba su apertura al resto del mundo, triunfaba el Seat 124 Sport, “Un mundo nuevo” de Carina conseguía el segundo lugar en Eurovisión, Julio Iglesias e Isabel Presley se casaron en una boda que inundó las páginas de las revistas de la época y la canción del verano era “Help” de Tony Ronald.
En cuanto al vino que se consumía, se compraba a granel, directamente a comercios tradicionales, que se conocían popularmente como “bodegas”. Era típico llevar la garrafa de casa para llenarla, haciendo mezclas de varios tipos de vino, según los gustos de cada uno.
Ante esa situación, Bodegas Vicente Gandía decidió embotellar su vino Castillo de Liria. Fue el primer vino embotellado en Valencia. Una muestra más de la vocación innovadora y el carácter pionero de esta empresa.
Los comienzos no fueron fáciles. En aquella época, podía considerarse una irresponsabilidad, pretender vender vino valenciano en botella. El nivel de vida era muy bajo y resultaba casi impensable que un vino valenciano embotellado pudiera tener éxito. Las pocas botellas que había en el mercado eran de Rioja.
Situados en la época podemos entender la osadía de un joven José María Gandía (nieto del fundador de esta bodega) que cogió unas botellas de muestra y fue a visitar al responsable de una de las pocas cadenas de supermercados que existía en Valencia, por aquel entonces. Así lo contaba él mismo en una entrevista para el diario “Las Provincias” :
Era tan raro vender vino embotellado que recuerdo que el gerente de la cadena Superette, que luego absorbió Mercadona, creo que era el señor Vela, cuando fui a ofrecerle el Castillo de Liria me dijo “xiquet, jo crec que tindries que dedicarte a vendre llavaores” (niño, yo creo que tendrías que dedicarte a vender lavadoras). Sin embargo, muy pronto comenzó a vender bastante y se convirtió en nuestro primer cliente, porque la población empezaba a dar el salto social a mejores condiciones de vida, y la pequeña línea de embotellado, que era manual, se nos quedó pequeña. Creíamos que no llegaríamos nunca a 3.000 cajas al mes y superarlo nos pareció fantástico.
Esas 3000 cajas sentaron las bases para que hoy día Castillo de Liria sea una de las marcas de vino más exportadas al resto del mundo.
Desde entonces España y los españoles han cambiado mucho y Castillo de Liria lo ha hecho con ellos, acompañando la mesa de miles y miles de españoles, evolucionando su aspecto sin cambiar un ápice su filosofía, ofrecer la mejor relación calidad precio.
Así fue y así es la botella de vino de Castillo de Liria, el primer vino embotellado en Valencia.
