El vino es una bebida para celebrar, para disfrutar, para pasar un rato junto a nuestros familiares y amigos. Es un producto que nos permite tener una conversación interesante, una charla amistosa, unas risas en una noche calurosa de verano, en una cena romántica, en una fiesta con amigos, e incluso en una comida de trabajo…
El vino es un producto muy especial, eso creemos en bodegas Vicente Gandía
Según Patrick E. McGovern en su libro “Uncorking the past”, el alcohol ha sido un elemento que se ha estudiado en todas las épocas de la humanidad para mejorar la salud de las personas. Este señor es conocido como el “Indiana Jones del vino, la cerveza y otras bebidas alcohólicas” ya que ha dedicado su vida al estudio antropológico de las bebidas con alcohol. Como dice este autor, el vino proporciona la mayor concentración de este compuesto orgánico simple (etanol) disponible en la naturaleza.
Según indica McGovern, los humanos a lo largo de la historia se han asombrado por los efectos del alcohol, ya sea que se ingiera como bebida o se aplique a la piel. Los beneficios para la salud son obvios: el alcohol alivia el dolor, detiene la infección, y parece curar enfermedades. Sus beneficios psicológicos y sociales son igualmente evidentes: el alcohol alivia las dificultades de la vida diaria, lubrica intercambios sociales, y contribuye a la alegría de estar vivo.
El vino ha sido fuente inspiración para artistas de todas las disciplinas. La historia del vino se remonta a muchos siglos atrás. Además, como un elemento que forma parte de la gastronomía y por tanto de la cultura, el vino ha despertado el interés de estudiosos y científicos de todos los ámbitos. De hecho, el vino es el producto del sector de alimentación y bebidas sobre el que existe más investigación científica relacionada con la influencia de factores cognitivo-perceptuales tanto en el comportamiento de compra como en la experiencia de su consumo.
Existen investigaciones que analizan las expectativas que generan en el consumidor, por ejemplo, la importancia del color del vino, el peso y la forma de la botella, el diseño y el color de las etiquetas, el poder de las marcas, e incluso el recipiente donde se consume este producto. Se trata de un conjunto de estudios englobados en lo que Charles Spence, de la universidad de Oxford, denomina “Psicología del vino”, donde la percepción del producto por parte de los consumidores viene determinada por los diferentes inputs a los que el cerebro tiene que hacer frente cuando se produce su consumo.
Muy relacionado con esto último, y según Gordon M. Shepherd, neurocientífico estadounidense especializado en circuitos neuronales y el sistema olfatorio, en su libro Neuroenology dice: “el sabor no está en el vino, sino que el sabor es creado por el cerebro del consumidor”. Este autor concluye que “la creación de los sabores del vino involucra más al cerebro que cualquier otra experiencia humana”.
En bodegas Vicente Gandía pensamos que el vino es un producto muy especial; nos dedicamos más de 135 años a elaborar los mejores vinos. Queremos contribuir a que las personas de todo el mundo puedan disfrutar de la vida, pasar momentos agradables y ayudar a olvidar los momentos tristes, mejorar las relaciones sociales, en definitiva, a construir un mundo mejor para todos, pero siempre con un consumo moderado y responsable.
Artículo escrito por:
Raúl Custodio,
Director, Business Development